jueves, 11 de junio de 2020

“El que domina y mira el valle”

 

Milenios,  tiempos que corrían en las galaxias y los elementales del planeta Tierra no conseguían armonía en las tareas que cada uno debía realizar. El viento era el más indisciplinado, de pronto se convertía en una brisa fresca y  luego  con una fuerza indomable no dejaba  que las nubes  llevaran su frescura en lluvia tranquila y refrescante  a las tierras donde la vegetación recién comenzaba a manifestarse. El fuego salía de las entrañas de la tierra comiendo con sus llamas y  arrasando a su paso lo que  encontraba. Todo era caos.
Era el momento de poner equilibrio y un poco de paz.
En ese preciso momento un gran silencio cubrió el ambiente y  apareció  la Madre Tierra, Pachamama, como la llamaron años más tarde  los originarios de todo un continente, para ordenar los valles, las montañas que tendrían que sostener los glaciares y los lagos para las futuras plantaciones. Tenía que armonizar a los cuatro elementos: Vayú  (El viento), Urix (El fuego) Acpias (El agua) y Buhmi  (La tierra).
Comenzó  Vayú con energía potente a retirar las aguas y formar los océanos,  dándoles límites hasta donde podían ser sus costas.
Las enormes rocas y las piedras, junto con minerales y fósiles  empezaron a agruparse en distintas formas, picos y montes, marcando un cordón con alturas imponentes donde la nieve se acumularía eternamente, fue por el trabajo  de Buhmi.
Alimentados por Acpias aparecían ríos y cristalinos arroyos, indispensable alimento para los seres vivientes: animales, plantas y seres humanos.
Mientras esto sucedía Urix no sabía qué misión tendría .Él sabía de lo necesario que era con su energía, pero también las destrucciones que podía causar ¿Cómo controlar toda esa fuerza ígnea que surgía de las entrañas de la Madre Tierra?
Pachamama hizo un llamado misterioso, el fuego imponente de Urix rugió desde el interior de la tierra surgiendo  un enorme volcán de más de 6000 metros de altura con una forma piramidal  que  reinaba majestuosamente en un lejano espacio entre picos nevados. Todos los elementales dijeron a viva voz: “El que domina  y mira el valle”.
Pachamama exclamó: ¡Tupungato será su nombre!   Ahí habrá  viñedos, frutales y  grandes plantaciones,  los seres humanos construirán ciudades observando y respetando siempre al Tupungato.  Mirador y dominador de  esas tierras.

 

                                                                                                     Helena Benenati-2013
Referencias:
En idioma originario  Tupungato: El  que  domina y mira  el  valle.
Vayú: Enciclopedia  Wikipedia. Acpias: Diccionario Esotérico-Zaniah. Buhmi: Enciclopedia  Wikipedia. Urix : Información  Esotérica

 

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