lunes, 27 de julio de 2020




    
Invocando a Dios
                                  
Desde el silencio te invoco,
y todo suena a hueco.
La vida es un río
corriendo en la llanura,
despacio, sereno,
¡tan lleno, tan lleno!
rodando entre las piedras,
saltando, saltando.

¡Señor!  A Ti te pido
ser fuerte en el Camino,
mantener abierto
el lecho de mi río,
así Tú te reflejas
con tu infinita paciencia,
desatando mis nudos,
abriendo mis corazas…
-desatando-
descubriendo el sentido
de la vida que pasa.
ayúdame a brindarte
mi renuncia cotidiana,
buscando Tu presencia
en las almas cercanas.

Elena Trunecka



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