Invocando a Dios
Desde
el silencio te invoco,
y
todo suena a hueco.
La
vida es un río
corriendo
en la llanura,
despacio,
sereno,
¡tan
lleno, tan lleno!
rodando
entre las piedras,
saltando,
saltando.
¡Señor! A Ti te pido
ser
fuerte en el Camino,
mantener
abierto
el
lecho de mi río,
así
Tú te reflejas
con
tu infinita paciencia,
desatando
mis nudos,
abriendo
mis corazas…
-desatando-
descubriendo
el sentido
de
la vida que pasa.
ayúdame
a brindarte
mi
renuncia cotidiana,
buscando
Tu presencia
en
las almas cercanas.
Elena
Trunecka
Me gusta tu expresión, Elena
ResponderEliminarMe gusta tu expresión, Elena
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