Anécdota
LOS LÍMITES APRENDIDOS
En un viaje al Sur en pleno invierno, conseguimos para pernoctar
una casa de fin de semana ubicada junto al Lago Pellegrini que no había sido
habitada desde el verano.
Afuera la temperatura descendía aproximándose a los cero grados y
adentro la sensación térmica era menor, dado el ambiente húmedo. Se percibía el
frío aún más intenso, sólo que sin el viento que corría afuera, tan común en la
Patagonia.
Junto a la chimenea había
una provisión de leños gruesos, de entre cinco y quince centímetros de
diámetro, y en una pequeña mesita apenas unas escasas hojas de periódico, lo
que hizo que los adultos ni intentáramos encender el fuego, abocándonos a
buscar mantas y bolsas de agua caliente para no pasar frío, pero los cinco
niños, de entre cinco y ocho años de edad, se dedicaron a ello con gran
seriedad, logrando una brillante fogata que transmitía calidez con su sola
imagen, en muy poco tiempo.
¿Qué pasó? Los adultos “sabíamos” que no se puede encender un leño
grueso con apenas una hoja de papel, pero los niños no, por lo que no tenían
límite para “crear” fuego con esos dos simples elementos.
Ami
No hay comentarios:
Publicar un comentario