LEYENDA de la CORTADERA
Hace muchos años, en tierra de huarpes vivía una hermosa
joven llamada Aimará, que conocedora de su belleza, desdeñaba burlonamente a
todos los pretendientes que se acercaban a manifestarle su amor.
Pero sucedió un día que llegó hasta
estas tierras un príncipe inca, hermoso y gallardo, que se enamoró de una joven
de nombre Aylén, no tan bella pero de
muy buenos sentimientos, quien también se enamoró de él, despertando la envidia
de la bella Aimará.
Poseída por los celos, la hermosa
joven pensó que si Aylén desaparecía el príncipe inca se prendaría de ella, por
lo que con falsa simpatía la invitó a ir hasta el borde del río caudaloso que
descendía de la montaña, y en un descuido la empujó al torrente que la arrastró
rápidamente, pero el joven enamorado vio lo sucedido y se arrojó a las aguas
tratando de salvar a su amada, pero ambos perecieron, y más tarde fueron
encontrados sus cuerpos sin vida estrechamente abrazados.
Aimará se dio cuenta demasiado tarde
de su terrible acto, y arrepentida pidió al río que también se llevara su vida,
mas el río le dijo: “Vivirás para siempre
a mi vera, viéndome pasar, y ni siquiera podrás ayudar si alguien quiere
asirse de ti para salvarse, ni nadie podrá abrazarte sin salir herido. Seguirás
siempre bella, pero sin amor”
Y la convirtió en una hermosa planta
de cortadera, que vuelca sus hojas hirientes hacia las aguas del río, que siguen
su camino, indiferentes.
Asunción
Ibáñez
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