Desenvolvimiento en espiral
Las
ideas fuerza que me fueron evidentes cierran un circuito, con forma de espiral
ascendente, que se inicia al darme cuenta como individuo de mi permanencia en
este momento de mi vida. Esta percepción de mi presente me provoca ir
conociendo mis circunstancias, cómo éstas me influyen y la curiosidad de cómo
modificarlas.
Esto es
tomar conciencia, segundo momento de la mencionada espiral, de mi ambiente y de
mí mismo. Conciencia de mí que no es total ni instantánea, implica el inicio de
un camino de desenvolvimiento. El que comienza con la sensación de soledad
profunda que, visto desde afuera, estoy
ante mí mismo sin apoyos ni refugios, con tal impresión de vacío interior que
me urge a salir de esa situación.
Ante esta
percepción existencial tengo dos caminos: retroceder, lo que descubro como
inconducente o profundizar mi conocimiento y la aceptación en mí mismo, de la
incertidumbre, como parte de la condición humana. Es hacer de esta condición
una actitud voluntaria de desapego a la ilusión de permanencia, de posesión y
de pertenencia, actitud que se define con la palabra renuncia.
Un
nuevo despertar a una nueva concepción de mí, de la calidad de las relaciones conmigo
mismo y el ambiente. También de una nueva calidad de relación con aquello
divino inmanifestado, aplicándole nuevos nombres, desechando las viejas
identidades que cultural e individualmente se le asigna.
Lo nuevo es la constante y la búsqueda permanente
de la ruptura de paradigmas es casi una especie de rutina, tanto más difícil
cuanto que los seres humanos no tenemos reemplazos y los negamos en el momento que los descubrimos.
También
lo es el nacimiento de una nueva conciencia, como conocimiento, y como apertura
de la mente a esta realidad redescubierta. El avizorar y la aceptación de
desconocidas dimensiones de la incertidumbre, con la profundización de nuestra
asunción de responsabilidad sobre el ejercicio de la libertad, desde esta
visualización diferente.
Todo es
empezar de nuevo, pero desde otro nivel y volver a transitar este camino
individual con responsabilidad sobre lo colectivo y su beneficio.
Esta es
la espiral.
HUGO FAGALE– 2013
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