lunes, 1 de marzo de 2021

 

Descripción de mi ciudad, Mendoza

Mendoza es un oasis construido en medio de un semi-desierto, al pie de la cordillera de Los Andes.

Las calles de la ciudad son rectas, suben o bajan según se aproximen o alejen de la pre-cordillera. Están bordeadas por acequias, herencia de los Huarpes, nuestros antepasados originales y sombreadas por árboles, que son regados por el agua que corre por ellas. 

Estas últimas dan una personalidad única a la ciudad, ya que el sistema de riego mendocino es una organización matemática y arquitectónica, práctica, bella, muy bien planificada, y necesaria. Sin agua no hay vida

Hay muchas plazas en la ciudad. Todas con árboles (no olvidemos que estos son los que faltan en el desierto) ¡Desde el aire parece que alguien hubiera injertado una ciudad entre los árboles! ¡Extraordinario! y fuentes que nos recuerdan el precioso líquido que nos proveen las nieves de Los Andes.

También hay zonas antiguas en las que se preservan construcciones de más de doscientos años, o lo que quedó de ellas, porque ¡Ay! en Mendoza tiembla y a veces terremotos, que en la época de la colonia tiraban todo abajo. Sin embargo, la ciudad sobrevivió, se agrandó y conectó con zonas antes alejadas, hoy “el Gran Mendoza”

Calles concurridas por jóvenes y turistas, calles comerciales, calles con vida propia y calles silenciosas y tranquilas.

A la hora de la siesta todos los habitantes se guardan para descansar o dormir. Silencio y pasos tranquilos. Así es Mendoza, mi ciudad.

 

                                                                                  Clara Molina

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...