viernes, 5 de noviembre de 2021

 

La anti heroína

 

LA MEJOR

El club abre sus puertas cada tarde para que chicas y muchachos del barrio vayamos a entrenar, estoy feliz; porque siempre quise jugar al fútbol y este equipo, del cual soy integrante, es muy competitivo. Tenemos entre 12 y 14 años y hemos ganado varios partidos, incluso con chicas más grandes del otro barrio, que nuestro director técnico organiza cada semana.

Hay una chica a la que le decimos Diega, por Maradona, ¡Cómo corre la condenada!, le tengo una envidia tan grande, ya que por más que lo intento no puedo jugar como ella o mejor que ella. Le hago travesuras muy pesadas y la Diega se ríe y hasta aplaude mis ocurrencias y burlas.

Me esfuerzo hasta más no poder, pero ella siempre es la mejor, dentro y fuera de la cancha.

Vamos juntas a la escuela, al mismo grado y ahí también competimos. A veces le escondo la campera, o la mochila y la hago rabiar hasta hacerla llorar y eso me hace sentir muy feliz.

Tiene la Diega, que en realidad se llama Alicia, buenas notas en todas las materias y los profesores siempre la felicitan y nos la ponen de ejemplo. ¡Para qué! Eso me pone re’ mal. ¡Uffff¡!Qué bronca!

Es que esta chica es tan perfecta que he llegado a pensar que tiene un duende que le ayuda a hacer las tareas y le fortalece las piernas para llegar primera al arco y marcar los goles. Algunas veces deseo que las rivales le den patadas en los tobillos para que salga de la cancha y entonces ser yo la mejor del equipo.

Después me arrepiento de mis malos pensamientos; pero eso solo me dura un día; porque me domina el afán de superarla como sea.

¿Por qué tuvo que aparecer Alicia por el barrio si yo era la mejor jugadora acá?

 

Ana María Muñoz - 2021

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