Personajes
El
club
Un hombre de edad madura, indefinida, morocho, pelo negro. Camina
lento con la espalda un poco encorvada como cargando una mochila pesada, va
hacia un club de básquet.
Un muchachito mal trazado, despeinado, alegre y sonriente.
Se saluda con el hombre y se van juntos.
El hombre y el chico entran al club. Otros muchachitos están
parados en medio de la cancha como si estuvieran esperándolos, cuando los ven
aplauden y canturrean “Don Molina, Don Molina”.
Empieza el juego, Don Molina da las indicaciones con voz
queda pero muy firme. Así se juega, esto
es una falta, esto no, tienen tanto tiempo. Juego limpio, lo más importante.
Los chicos juegan, corren, pican la pelota, saltan, pelean,
se caen, a veces gritos de dolor, hay empujones y caídas; en medio del aparente
caos, se levantan de un salto, vuelven al juego.
El hombre sonríe y piensa “No están en la calle”. No dice
“Los saqué de la calle”, porque no se atribuye semejante logro, pero es lo que procura
día tras día. Es su misión silenciosa y no acordada con nadie. Es personal:
propia.
La cancha y Don Molina contienen todo, la algarabía, la
pasión por el juego, algunos llantos y las risas, las risas felices de los ganadores.
Ríen como si en ese juego se les hubiera ido la vida.
Un muchacho joven, alto, muy buen mozo, está parado en la
esquina del club ¿Qué espera? Entra corriendo, con grandes ademanes le explica
algo a otro que empieza a fumar, nervioso. Se miran ¿Preocupados? ¿Asustados?
Nunca lo sabremos.
Se van los dos casi corriendo, es decir, el joven a grandes zancadas
y Don Molina lo va siguiendo con su pasito cansado.
Salen del club y desaparecen ambos. Ya es casi de noche. Se pierden
entre las sombras de los árboles. Los chicos se quedan solos, festejando los
unos y casi lloriqueando los otros. Esperan.
Don Molina no vuelve. Nunca más volvió. ¿Dónde fue? ¿A qué?
Uno de los chicos piensa y dice “¿Por qué la gente que uno
quiere se va un día? Sin decir adonde, sin avisar”
¿Adónde van aquellos que nos hicieron tanto bien? ¿Estarán por
ahí todavía?
Clara Molina - 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario