PARADOJAS
Pequeño niño
¡Qué niño tan pequeñito! Le
decían en la calle
“Es que no crece” explicaba la
madre,
“Seguro no come bien” comentaban
las comadres,
“Seguro tampoco duerme”, pensó
la otra vecina.
¿Qué será de este niño que
parece un enanito?
¿Qué hará en la escuela con los
compañeritos?
Todas las palabras le llegaban
al niño,
tan fuerte sentía la condena
social
que pensó que era horrible,
además de chiquito.
“Yo le paso mi ropa”, se ufanaba
el hermano
“Yo le alcanzo la tasa” acotaba
María…
Más allá de las voces que ya
nadie escuchaba,
el chiquito lloraba cuando solo
en la noche
se ponía en puntillas y no
alcazaba la cama
¡Andá enano del bosque! Escuchó
que gritaban …
“Ya no quiero vivir” confesó a
su madre,
“Nunca voy a crecer, no me van a
querer”
Mamá sobresaltada, lo tomó entre
sus brazos,
lo arrulló con cariño, le cantó
villancicos
Esperó a que se durmiera, y le
dijo al oído:
“Sos lo mejor que tengo, un
regalo de Dios.
Si te hieren, los borras
Yo te quiero y espero que surja
en vos el reinado
Para el que te estoy criando.
El niño dormido sonreía con
gusto.
Se sentía un duque, un rey, todo
enjoyado
y veía a los otros que alababan
su reinado
inclinando la cabeza en señal
respetuosa.
¡Qué hermoso es soñar con la
otra vida!
La imaginaria, la de los cuentos,
la que mamá creó porque te
quiere
la que queremos acuñar olvidando
el presente.
Clara Molina
- 2021
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