Mejor sola
que mal acompañada
Las mujeres viejas del pueblo aconsejaban a las jóvenes
casaderas: “Mejor sola andar que mal casar” pero más tarde éste dicho fue
cambiando y quedó como lo dice el título. Juanita era una muchacha muy audaz y
tenía muchos varones interesados en ella; pero no confiaba en ninguno. Su madre
la reprendía; porque quería casarla pronto ya que eran muchos en la casa y el
dinero escaseaba.
La joven, cuando descubría que un pretendiente la engañaba
con falsas promesas, se reía a carcajadas y le decía: - ¡Mejor sola que mal
acompañada, querido! - Y así pasaba el tiempo y ella seguía soltera, le gustaba
trabajar, leer, escribir y manejar su vida. En realidad, no quería casamiento
alguno.
Las amigas de su edad todas tenían marido, algunas ya eran
madres, Juanita en cambio disfrutaba su tiempo libre escribiendo en su cuarto,
nadie sabía por qué pasaba tanto tiempo allí, era un secreto muy bien guardado.
Grande fue la sorpresa de todos cuando un día llegó a su
casa una gran encomienda a su nombre; temblando de emoción la abrió y allí
estaba su sueño realizado, había enviado sus escritos a una editorial y ahora
tenía en sus manos el libro tan esperado: “CAMINAR SOLA” por Juanita Rosales
Su madre la abrazó con ternura y comprendió por qué su hija era tan diferente a las otras
muchachas del pueblo.
No hubo fiesta de casamiento, la muchacha eligió pasar la
vida sin un marido y fue feliz con el éxito de sus libros, que además le
permitió ayudar con las finanzas de la familia.
Ana
María Muñoz - 2020
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