Leyenda
La
leyenda de “sanar”
Paulina, desde muy pequeña, cuando alguien le preguntaba qué
quería ser cuando fuese grande, contestaba que “doctora”, porque quería curar a
la gente. Pero quería eso porque su salud no era buena: siempre tenía visitas al
médico, o al hospital, o al centro de rehabilitación.
Para sentirse mejor, cuando se sentía muy triste, comenzó a
hablar con su hada madrina, a la que llamó Estrellita, a la que preguntaba
siempre por qué ella tenía tantos problemas, pero sólo recibía el silencio por
respuesta.
Un buen día en que, como de costumbre la recibió el
silencio, en Paulina se desató una rabieta tremenda, muy semejante a un huracán
con sollozos de muchos kilómetros por hora y lágrimas de muchos litros por
metro cuadrado y gritos de elevados decibeles. Cuando a la descarga le sucedió
la calma, llegó la respuesta: Hazme
preguntas, pero una por vez –dijo Estrellita- pero una cada tres días, y yo las iré contestando.
Llegó el día uno y la niña preguntó: ¿Por qué estoy enferma?
Para que reconozcas la
salud –contestó el hada.
Tres días después la niña preguntó: Por qué me tienen que ayudar con masajes para caminar?
Para que conozcas el
valor del movimiento –contestó Estrellita.
Pasados tres días Paulina preguntó: ¿Por qué tengo que tomar tantos remedios?
Para que alcances la
salud del cuerpo –fue la respuesta que recibió de su amiga invisible.
Tres días después preguntó: ¿Y para qué me servirá todo eso?
Y Estrellita contestó: Para
que cuando seas grande y seas una buena profesional de la medicina puedas
ponerte en el lugar de pacientes con completo conocimiento.
A los tres días la niña preguntó muy tímidamente: Y si yo no llegara a ser grande y a estudiar
medicina, qué sería?
Y por primera vez el hada Estrellita se hizo visible a sus
ojos, y con una dulce sonrisa en su hermoso rostro regordete le contestó: ¿Eso piensas? ¡Legarás a grande y serás una
hermosa y responsable médica!
¿Y si no? ¿Qué sería?
–insistió la pequeña.
A lo que el hada contestó, con voz firme y tranquilizadora: Si eso llegara, lo que creo improbable, yo
te convertiría en una planta de aloe vera, que permitiría calmar y sanar muchas
dolencias de la gente.
Y desde entonces Paulina no ha hecho más preguntas de esa
índole, todas las mañanas despierta muy contenta, saluda a su hada madrina,
luego a sus padres y hermanos, se alimenta muy bien y hace sus ejercicios,
tomando su tratamiento muy en serio, estudia con gusto y ahora es una niña
alegre y agradecida que elije su futuro: sanar a la gente.
Ama
Riba - 2022
Me gusta ese punto de vista inclusivo, que invita a superar su dolencia con voluntad y esperanza
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