martes, 9 de agosto de 2022

 

Leyenda

 

                                                               La leyenda de “sanar”

 

Paulina, desde muy pequeña, cuando alguien le preguntaba qué quería ser cuando fuese grande, contestaba que “doctora”, porque quería curar a la gente. Pero quería eso porque su salud no era buena: siempre tenía visitas al médico, o al hospital, o al centro de rehabilitación.

Para sentirse mejor, cuando se sentía muy triste, comenzó a hablar con su hada madrina, a la que llamó Estrellita, a la que preguntaba siempre por qué ella tenía tantos problemas, pero sólo recibía el silencio por respuesta.

Un buen día en que, como de costumbre la recibió el silencio, en Paulina se desató una rabieta tremenda, muy semejante a un huracán con sollozos de muchos kilómetros por hora y lágrimas de muchos litros por metro cuadrado y gritos de elevados decibeles. Cuando a la descarga le sucedió la calma, llegó la respuesta: Hazme preguntas, pero una por vez –dijo Estrellita- pero una cada tres días, y yo las iré contestando.

Llegó el día uno y la niña preguntó: ¿Por qué estoy enferma?

Para que reconozcas la salud –contestó el hada.

Tres días después la niña preguntó: Por qué me tienen que ayudar con masajes para caminar?

Para que conozcas el valor del movimiento –contestó Estrellita.

Pasados tres días Paulina preguntó: ¿Por qué tengo que tomar tantos remedios?

Para que alcances la salud del cuerpo –fue la respuesta que recibió de su amiga invisible.

Tres días después preguntó: ¿Y para qué me servirá todo eso?

Y Estrellita contestó: Para que cuando seas grande y seas una buena profesional de la medicina puedas ponerte en el lugar de pacientes con completo conocimiento.

A los tres días la niña preguntó muy tímidamente: Y si yo no llegara a ser grande y a estudiar medicina, qué sería?

Y por primera vez el hada Estrellita se hizo visible a sus ojos, y con una dulce sonrisa en su hermoso rostro regordete le contestó: ¿Eso piensas? ¡Legarás a grande y serás una hermosa y responsable médica!

¿Y si no? ¿Qué sería? –insistió la pequeña.

A lo que el hada contestó, con voz firme y tranquilizadora: Si eso llegara, lo que creo improbable, yo te convertiría en una planta de aloe vera, que permitiría calmar y sanar muchas dolencias de la gente.

Y desde entonces Paulina no ha hecho más preguntas de esa índole, todas las mañanas despierta muy contenta, saluda a su hada madrina, luego a sus padres y hermanos, se alimenta muy bien y hace sus ejercicios, tomando su tratamiento muy en serio, estudia con gusto y ahora es una niña alegre y agradecida que elije su futuro: sanar a la gente.

                                                                                              Ama Riba - 2022

 

1 comentario:

  1. Me gusta ese punto de vista inclusivo, que invita a superar su dolencia con voluntad y esperanza

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