Paradoja
El
ahorro
Josefa es una mujer de setenta y un años, que hace ya un
largo tiempo que se ha jubilado, por supuesto, con jubilación mínima, que es
bastante escasa.
Cuando se jubiló yo me alegré mucho por ella y también mucho
por mí. Por ella porque, pensé que podría disfrutar de su tiempo con mayor
libertad, que se anotaría en excursiones de jubilados y conocería a otras
personas y otros lugares, y que bien se lo merecía.
Y me alegraba por mí, porque cuando ella dejara el trabajo podría
contratar a una persona joven que pudiese subirse a la escalera sin riesgos y
limpiar los vidrios de las ventanas, y cargar cosas pesadas, que yo ya no
puedo, y terminar la tarea con rostro descansado como le sucedía a Josefa
cuando llegó a esta casa.
Pero me equivoqué. Se jubiló y me pidió seguir trabajando un
tiempito más, hasta pagar algunas cuentas pendientes, ¡Cómo decirle que no
después de cuarenta años!
Y ahora, cuando tocamos el tema dice: “Es que estoy
ahorrando para cuando sea vieja, por si me enfermo”
Y eso ¿Cuándo será? ¡Si ahora se está arruinando la salud
para juntar dinero para cuando esté enferma! ¡Qué paradoja!
Ami - 2021
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