Experiencia
Dada la situación económica que vivimos, muy poco es lo que
tiro, trato de dar utilidad a todo. Hoy, revisando mi placard, encuentro un
montón de cosas con mucho significado, pero que ya no sirven y estorban, como
son mis apuntes de la facultad y mis gastados y viejos pinceles y acrílicos.
En el proceso de ir tirando todo, descubro la necesidad
también de desapegarme del deseo de no estar sola, es como una bufanda que
llevo conmigo desde hace mucho tiempo, ya es momento de dejarla.
Me siento y cierro los ojos, percibo qué siente mi cuerpo
ante esta situación. Mi cuerpo relajado, percibe el diálogo de mis vecinos, la
risa de un niño que pasa, percibe el canto de un canario, la brisa de
primavera, el calor del sol que entra por mi ventana. Veo el reverdecer de las
plantas a mi alrededor, la puerta de mi vecino que sale, las hojas que la brisa
va haciendo caer.
Un gran deseo de hacer cosas bonitas me abraza, un deseo
reverente de salir y saludar al niño que ríe, de pintar un buzón para que mis
vecinos reciban la correspondencia, una mirada al cielo agradeciendo y
abrazando la Divina Presencia en nuestros corazones.
Ya no estaba sola, una rosa se había abierto en mi corazón,
para compartir con todos su suave y delicado perfume.
María Gabriela Medawar – 2022
Tarea: Observar a
nuestro alrededor y ver qué cosas ya no me sirven, qué cosas debería tirar en
una bolsa. Trabajo de Desapego.
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