La leyenda

 

                                                                              Búsqueda eterna

 

Lucía era una niña hermosa, de dorados cabellos y ojos de azul intenso. Pero no era perfecta, era algo envidiosa y muy pretenciosa, muchos jóvenes la cortejaban pero ella desdeñaba sus atenciones porque siempre le parecían poco aptos para ser el hombre adecuado para formar una familia.

Había tenido muchas amigas, pues poco a poco se iban casando, formando sus propias familias y alejándose del grupo. Pasado el tiempo solo le quedaba una amiga, Aurora, que no era tan bella pero si con muy buenos sentimientos. Siempre se juntaban a bordar y contarse sus novedades, que no eran muchas.

El padre de Aurora, un poderoso terrateniente del lugar, la había comprometido cuando era niña, con un niño hijo de un conde del reino vecino. Llegó el día en que ambos padres habían acordado para presentar a sus hijos. El padre de Aurora organizó una gran fiesta para el evento, y el conde y su hijo se hicieron presentes, dispuestos a conocer a Aurora y arreglar la unión de las dos familias.                       

La bella Lucía acompañó a su amiga Aurora que se encontraba muy nerviosa ante el suceso que se esperaba: conocer al joven con el que su padre la había comprometido cuando era niña.

Cuando el conde y su hijo ingresaron, el padre pensó que la prometida era Lucía, y el hijo, Rupert, solo tuvo ojos para Aurora, que, al parecer, ingresó directamente a su corazón, del mismo modo que le sucedió a ella.

Rupert se arrodilló frente Aurora, tomó su pequeña mano y la besó a modo de saludo, quedando ambos rodeados de un aura rosada de amor, abstraídos del bullicioso entorno.

Hechas las presentaciones de rigor, se sirvió una deliciosa cena que fue seguido por un baile que duró hasta el amanecer, en la que los jóvenes novios lucían muy enamorados y felices.

Pero el conde se acercó a Lucía y le contó su desencanto, y ella, que era muy ambiciosa le confesó que ella deseaba fervientemente que Rupert se fijase en ella y poder algún día convertirse en condesa. Y ambos tramaron un feo modo de separar a la pareja recién formada.

Por lo tanto el conde habló con el padre de Aurora deshaciendo el compromiso, pero Rupert no aceptó ese nuevo trato. Así que su padre, el conde, hizo todo lo posible por separarlos, por lo que a la noche siguiente ambos enamorados huyeron juntos, y en una antigua capilla se casaron para seguir viaje hacia lo desconocido, donde la venganza del conde y la infiel amiga no pudiera alcanzarlos, y nunca se los volvió a ver. 

Pero un hada, que desde siempre había acompañado a Aurora sin que ella lo supiera, castigó a los que traicionaron la confianza de la pareja convirtiéndolos en insectos que solo podrían salir de noche, y que el castigo desaparecerá al regreso de los enamorados devolviéndoles la forma humana.

Y desde entonces vuelan de noche encendiendo su luz tratando de encontrarlos, y en honor a Lucía los enamorados de todas las épocas les llaman luciérnagas.

 

Asunción 2023