lunes, 4 de diciembre de 2023

 prejuicios


No es lo que pensaba

 

La tibieza del sol, de esa tarde de primavera, me invitaba a salir. Me di un largo paseo por el pequeño parque, cerca de mi casa, que estaba rebosante de flores y embriagadores aromas.

Mientras disfrutaba del entorno, viendo a las palomas comer los restos de mi merienda, un señor de aspecto extraño y de caminar lento, llamó mi atención.

Era un hombre de unos setenta años de aspecto triste, alto y muy delgado. Vestía un sobretodo oscuro, raído, demasiado grande, como i no le hubiese pertenecido. Su afilado rostro macilento estaba enmarcado por un cabello largo, entrecano, lacio y descuidado.

Su boca de labios delgados que desaparecían en un rictus de inexplicable expresión, endurecían aún más sus rasgos acompañando a su mirada adusta y ausente.

Más llamativo aún fue, que llevaba de la mano, de cada lado, a dos pequeñas niñas de resaltante belleza. Eran gemelas que no tendrían más de cuatro o cinco años de edad. Las dos caminaban en silencio y muy serias. No había alegría ni sonrisas en sus rostros.

Solo observaban mientras escuchaban atentamente al misterioso personaje cuando hablaba.

Mientras mi intriga crecía, una señora vecina mía, me pidió permiso para sentarse en mi banco, puesto que no quedaba ninguno libre.

Mi cabeza daba vueltas con mil preguntas y pensando en voz alta, salió de mi boca decir: - Que sospechoso parece ese hombre ¿Que estará haciendo con esas niñas, que no parecen muy familiarizadas con él? No me gusta nada de lo que veo. Siento un fuerte resquemor-

Y le pregunté a mi vecina, que me observaba con curiosidad -¿No le parece raro? ¿No le inspira desconfianza? ¿Y si fuera un secuestro?¿Y si le avisamos a alguna autoridad?-

Mi vecina esbozó una sonrisa, casi una risita socarrona.- ¡Que Imaginación que tiene, querida vecina!- exclamó. –¡Se hizo toda una película de misterio en su cabeza!- Y continuó – Anita y Mora, las gemelas, son las hijas de una amiga. Y el hombre es su abuelo, cuya historia te contaré. Tiene una historia dolorosa, de muchos años de sufrimiento. Hace solo unos meses que lo liberaron, después de haber estado prisionero por más de doce años, secuestrado por la guerrilla. Sus familiares no creyeron que podrían volverlo a ver con vida. Ahora, rodeado por afecto de su hija y familiares está tratando de superar el trauma, de a poco. Crear lazos con sus preciosas nietas para aprender a ser el abuelo que ellas necesitan y recuperar la alegría.

¡Cómo me equivoqué!  No era lo que pensaba.

 

Nela Bodoc - 2023



No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...