miércoles, 10 de enero de 2024

 

Cuento

 

Elsa.

Elsa era una niña de hermosos ojos negros, y largas trenzas.

Niña aplicada, con buenas calificaciones y buen comportamiento. Llegó a ser abanderada.

Buena compañera, amorosa hija y hermana, toda la familia la quería y la ponía de ejemplo.

Así creció. Consiguió un buen trabajo, del que disfrutaba, como de cada una de sus cualidades.

Un fin de año soñó con un número. Al despertar lo sentía muy vívido, así que fue a la agencia de lotería y compró un billete entero con su aguinaldo ¡Y salió premiado!

Ganó mucho, pero mucho dinero.

Y renunció al trabajo, como era de esperar. Y como era de esperar se compró una enorme casa, y contrató servidumbre. Y como era de esperar se compró un auto carísimo, ya no caminaba, ni trotaba, ni escalaba.

Y como era de esperar contrató a alguien que le leyera los libros de moda. Y quien le contratara los cruceros y los viajes, y le resumiera el sentido de las lectura y el significado de las obras de arte, para tener tema de conversación con qué fascinar a sus amistades. Aunque estas ya no eran las mismas, había contratado a una persona que eligiera a sus nuevas amistades y borrara las antiguas.

Ayer contrató un nuevo servicio: una empresa que fabricara sus sueños, la que designó a una persona distinta para cada día para que soñara por ella.

                                                                              Asumi - 2024



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