lunes, 12 de febrero de 2024

 

 

¿Por qué escribir?

 

El idioma escrito lo aprendimos cuando éramos niños, por lo tanto sabemos escribir. Ya tenemos un gran trayecto recorrido.

La idea es que practiquemos, para ello nos proponemos incursionar en la anécdota, el caso, el chiste, la leyenda, la poesía, el dialogo, el ensayo, la fábula, el cuento, la biografía, el resumen, la evaluación, y más.

Es un interesante desafío. Esta ejercitación nos ayuda a encontrar nuestro estilo, descubrir preferencias, crear personajes, hurgar en nuestra memoria, desbloquear sentimientos, permitir que las emociones afloren, conocer un poco más la esencia humana, para lo que contaremos con la ayuda de nuestros personajes.

Poder transmitir una idea con suficiente claridad, requiere de una práctica metódica, investigación, algo de esfuerzo y cariño por el tema. Se necesita ordenar las ideas, priorizar los términos, buscar en la memoria, verificar datos si fuera necesario, comprobar ortografía y gramática, y esto pone en movimiento nuestra maquinaria interna.

No siempre podemos escribir sobre lo que no conocemos, por lo que un recuerdo, una anécdota familiar, el trozo de una conversación o ver un bello paisaje pueden ser disparadores para una buena historia.

Podemos crear situaciones partiendo de lo conocido, y lanzarnos a lo desconocido ¿Qué otra cosa es la ficción, o la ciencia ficción? Y encarnar a un personaje de sexo opuesto al nuestro, o imaginar un ser de otro planeta… todo se puede si se cultiva la creatividad.

Escribir nos permite ponernos en la piel de otro. ¿Cómo siente un místico? ¿Cómo siente la mamá de un condenado? ¿Cómo siente una novia frente al altar? ¿Y un niño pobre frente a la vidriera de una juguetería?

El cuento tiene un narrador. Esto nos da la posibilidad de proyectar en él o en el personaje todo lo que se nos cruce por la cabeza: recuerdos, mandatos, enojos, aspectos “tapados” de la personalidad, prejuicios, etcétera. Escribirlos nos permite dejar aflorar estos sentimientos, o sea: reconocerlos.

Utilizamos apuntes breves acerca de las modalidades que proponemos y de gramática. La descripción más amplia se puede encontrar en sitios como internet, libros escolares o textos especializados.

Aprendemos a contextualizar: A quién va dirigido, si es un ensayo, una novela o un cuento, qué edad tienen los personajes, en qué contexto se desarrolla la idea y en qué tiempo está situado.

No necesitamos dar explicaciones de lo que hemos escrito. Un texto puede tener un significado para quien lo escribe y otro muy diferente que para quien lo lee, y esto es lo bello de escribir y de leer.

Lo que escribimos ya no nos pertenece, le pertenece al lector; se puede trasladar a otro tiempo y a otro espacio.

 

Taller Lápiz Creativo

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...