lunes, 12 de agosto de 2024

 


                INVIERNO

Llegó el invierno.

El viento frío apagó la vela.

Con luna llena, en la profunda noche

hay un silencio inquieto, inseguro.

Se oyen sonidos de hierbas secas

de alguien que pisa por el muro oscuro.

Luisa se detiene, helada por fuera

inquieta y rojiza por dentro,

“No confíes, ilusa, en tu esperanza

que del jardín surja aquél que anhelas”

Lo vio ayer, ayer hablaron, por eso espera.

Cansada está de suspiros y de ausencias,

y de lágrimas, del silencio de paraje despoblado,

“Yo quiero ser una muchacha simple

nada de grandes requiebros.

Una muchacha feliz en los brazos

de quien amo,

y vivir como mujer a la luz de las mañanas”

Pero los pasos no llegan al hueco

de su ventana

y se queda allí esperando, con la niebla,

y el rumor de la lluvia invernal

que se desliza mansa y triste

como Luisa, que se calla lo que siente.

Nadie sabrá por qué en invierno Luisa llora 

sus tristezas.

Nadie sabrá de qué se compone la mirada

de aquella mujer.

Porque noches de viento y de lluvia

habrá siempre tras el duro cristal.

Nadie sabrá si el invierno, el llanto

o la noche destruyeron su sonrisa

Helada como el paisaje esa muchacha quedó.

Mirando tras la ventana la vida deshecha en polvo

que calla nombres y suspira a solas.

 

            Clara Molina - 2024 





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