Leyenda
MARGARITAS EN
EL CIELO
Cuentan los vecinos de un pequeño pueblo de la provincia de
Buenos Aires, que una noche estrellada de verano, iban varios amigos caminando
por la ruta tres, cerca de Tres Arroyos, lo hacían alegremente, charlando y entonando
canciones de Charly, de Cerati y contando historias divertidas. Querían llegar
antes del amanecer a la ciudad a un importante evento.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, una inmensa luz blanca
les cortó el paso. Muy sorprendidos y medio ciegos por la intensidad de la luz,
vieron a tres seres muy extraños acercarse a ellos. Altos y de largos cabellos
dorados, uno se adelantó y dijo: -Si me entregan a la niña más pequeña del
grupo, nos iremos y no sufrirán daño alguno- A lo que todos respondieron: -No,
no podemos hacer eso. ¿Por qué quieren a Margarita?
-Eso no puedo decirlo, pero sí tendrán que hacerlo aunque no
les guste y rápido- respondió.
En ese mismo momento aparecieron en sus manos unas pequeñas
armas de las que salían brillantes luces de muchos colores con las cuales
amenazaron al grupo.
Entre llantos y gritos, la niña pequeña se adelantó y se
paró al lado del ser amenazante y dijo: -No lastimes a mis amigos, acá estoy y
no les tengo miedo- Al instante, los dos seres que estaban más atrás, tomaron a
la niña de las manos y desaparecieron en medio de la intensa luz blanca.
De pronto un gran aparato parecido a un avión; pero sin alas
se elevó por el aire y todos desaparecieron en él. Los amigos consternados
lloraban y gritaban desconsolados ¡Margarita, Margarita!
Dicen que de la pequeña nunca más se supo, pero al día
siguiente el pequeño pueblo amaneció cubierto de unas lindas flores blancas.
Estaban por todos lados, en los jardines, sobre los techos, en las calles de
tierra, en las ventanas.
La gente del lugar no comprendía qué había pasado, hasta que
los amigos caminantes relataron los hechos ocurridos la noche anterior.
Margarita jamás regresó, pero dicen por ahí, que en las
noches de verano se ve en el cielo una hermosa flor resplandeciente formada por
estrellas.
Desde ese episodio el pueblo se llamó Villa Las Margaritas
en recuerdo de la pequeña que una noche estrellada de verano fue capturada por
tres seres extraños y desconocidos que, además, jamás volvieron a aparecer por
allí.
Los jóvenes del lugar nunca volvieron a caminar de noche por
la ruta tres.
En Villa Las Margaritas las flores blancas adornan todo el
año jardines y calles de tierra.
Ana María Muñoz - 2024
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