EL HADA Y EL
ALERCE
En medio de la soledad de las tierras yermas de la
Patagonia, solo habitada por curiosos guanacos, se alza imponente el Alerce.
Sus ramas atraen aves buscando sombra y el Hada de los
vientos, ulula a su lado.
Es otoño y sigue verde- dice el Hada en un murmullo -Qué
extraño, volveré en otra época del año.
Pasan los meses y regresa a visitarlo ansiosa, sorprendida
observa que está igual, ella que vino de tan lejos para ayudarlo a hacer caer
sus hojas, se pone triste.
Entonces el Alerce al verla angustiada extiende uno de sus
brazos y la levanta hacia su copa, alto, muy alto; porque los alerces son así.
Gigantes centinelas de las tierras patagónicas.
-Hadita de los vientos, regálame una sonrisa así me alegras
el día- le dice con su voz antigua y cansada -Yo no puedo cambiar mis hojas;
porque cuando llega el invierno debo proteger al viajero y a las aves que
buscan refugio al amparo de mi follaje para no morir. Debes irte lejos de acá
para encontrar árboles que necesiten tu ayuda- Le habló con tanta ternura que
el Hada de los Vientos le prometió volver a visitarlo aunque él no la necesite
y se despidió con una caricia en su brazo-rama.
Ana María Muñoz - 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario