DIALOGANDO con
el SILENCIO
Alma: ¿Silencio?…. ¿Silencio? ¡Ah! ¡Estás ahí!
Quiero preguntarte ¿Tú sabes por qué te invoco tanto y sin embargo te temo?
Silencio: ¡Buenos días, querida
Alma! Nunca me fui, vivo en ti. ¡Qué olvidadiza! Me diste un hermoso lugar en
tu corazón, donde está la llama encendida de tu amor por esa búsqueda que
comenzó hace tiempo ya.
Alma: ¡Es cierto!
¡Estás en mi casa y te olvido! Es que tu presencia es tan silenciosa, que yo
debo ir a buscarte. ¡Y lo he hecho, créeme! Mas creí que cerrando la boca te
encontraba… ¡Y no! Ellas, las palabras, hijas de los pensamientos, toman el
pasillo interior y me llenan de ruidos. Pero cuando estoy contigo en esa morada
que hace poco conocí, me lleno de algo nuevo, como una suave caricia y brillos
de sol ¡Música fresca! ¡Quiero vivir contigo, Silencio!
Silencio: ¡No
temas más, querida Alma! Aférrate a mí con mansa alegría y verás que tu querer
se aliviana, te acerca a la sencillez y a la humildad, y sobre todo, a la
conciencia de estar viviendo junto a otras almas.
BEATRIZ - 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario