El día que el hombre llegó a la Luna
-Hijo, ¿Qué te gustaría
ser cuando seas grande?
-Astronauta.
-¡Uh! ¡Yo quería lo
mismo cuando tenía tu edad! En aquel entonces soñaba con cohetes, con los
planetas, con el espacio...y ¡Con la luna! Mi amigo, Veljko, siempre me hablaba
del cosmos y del sistema planetario. Me hacía dibujos para que yo, con mis casi
cuatro años, pudiera entender.
-¿Quién era Veljko,
Papi?_
-Fue el abuelito que
nunca tuve...porque nunca conocí a los verdaderos, nunca salieron de Rumania, solo me conocieron por fotos. Mis padres eran
inmigrantes que escaparon de la guerra, se separaron de sus respectivas
familias y nunca se volvieron a reunir.
-Después de muchos años
de penurias económicas, compraron en restaurante aquí, en Mendoza. Trabajaban
casi 18 horas por día. Mi madre se ocupaba de la cocina y mi padre atendía a
los comensales. El número de clientes fue aumentando, por tanto Don Juan, mi
padre, decidió contratar a Veljko, para que lo ayudara en el salón. Él también
escapó de la guerra, dejó a sus padres y hermanos en Yugoeslavia, no sé si los
volvió a ver. Era veinte años mayor que mi padre, pisaba los setenta. Recuerdo
su abundante cabellera cana, sus ojitos celestes de mirada triste y su sonrisa,
que siempre portaba. Llegaba a las 6 de tarde, con puntualidad, justo cuando yo
me preparaba para tomar mi leche con cacao. Se sentaba frente a mí y me hacía
compañía en el enorme y vacío salón. A esa hora, Don juan, mi padre, y Natalia,
mi madre, tomaban su imprescindible siesta. Siempre estaban cansados por tanto
trabajo. No había tiempo para mí, ni para escuchar mis fantasías astronómicas.
Mientras me revolvía los cabellos, a pesar de mi contrariedad, llenaba ese
vacío de atención y afecto. Y me dedicaba largos y entrañables momentos con su
cálida presencia.
-Así comenzó nuestra
relación de abuelo y nieto “de mentirita”...o ¿De verdad? Tenía una vida muy
solitaria. No tenía hijos, y dos años atrás había fallecido su compañera de
vida. A pesar de su aspecto humilde, era un hombre culto, había sido profesor
de geografía en su país. Sabía de todo y aprendí muchas cosas con él.
-¡Ah!..¡Por eso
estudiaste geografía!
-Es probable.
-Teníamos largas
charlas sobre mis temas favoritos. Hasta que llegaba “Don Juan”, como le decía
Veljko. Y le reclamaba que todavía no estaba lista la “mise en place”.
Nela Bodoc - 2020
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