jueves, 24 de septiembre de 2020

 

El día que el hombre llegó a la Luna

-Hijo, ¿Qué te gustaría ser cuando seas grande?

-Astronauta.

-¡Uh! ¡Yo quería lo mismo cuando tenía tu edad! En aquel entonces soñaba con cohetes, con los planetas, con el espacio...y ¡Con la luna! Mi amigo, Veljko, siempre me hablaba del cosmos y del sistema planetario. Me hacía dibujos para que yo, con mis casi cuatro años, pudiera entender.

-¿Quién era Veljko, Papi?_

-Fue el abuelito que nunca tuve...porque nunca conocí a los verdaderos, nunca salieron de Rumania,  solo me conocieron por fotos. Mis padres eran inmigrantes que escaparon de la guerra, se separaron de sus respectivas familias y nunca se volvieron a reunir.

-Después de muchos años de penurias económicas, compraron en restaurante aquí, en Mendoza. Trabajaban casi 18 horas por día. Mi madre se ocupaba de la cocina y mi padre atendía a los comensales. El número de clientes fue aumentando, por tanto Don Juan, mi padre, decidió contratar a Veljko, para que lo ayudara en el salón. Él también escapó de la guerra, dejó a sus padres y hermanos en Yugoeslavia, no sé si los volvió a ver. Era veinte años mayor que mi padre, pisaba los setenta. Recuerdo su abundante cabellera cana, sus ojitos celestes de mirada triste y su sonrisa, que siempre portaba. Llegaba a las 6 de tarde, con puntualidad, justo cuando yo me preparaba para tomar mi leche con cacao. Se sentaba frente a mí y me hacía compañía en el enorme y vacío salón. A esa hora, Don juan, mi padre, y Natalia, mi madre, tomaban su imprescindible siesta. Siempre estaban cansados por tanto trabajo. No había tiempo para mí, ni para escuchar mis fantasías astronómicas. Mientras me revolvía los cabellos, a pesar de mi contrariedad, llenaba ese vacío de atención y afecto. Y me dedicaba largos y entrañables momentos con su cálida presencia.

-Así comenzó nuestra relación de abuelo y nieto “de mentirita”...o ¿De verdad? Tenía una vida muy solitaria. No tenía hijos, y dos años atrás había fallecido su compañera de vida. A pesar de su aspecto humilde, era un hombre culto, había sido profesor de geografía en su país. Sabía de todo y aprendí muchas cosas con él.

-¡Ah!..¡Por eso estudiaste geografía!

-Es probable.

-Teníamos largas charlas sobre mis temas favoritos. Hasta que llegaba “Don Juan”, como le decía Veljko. Y le reclamaba que todavía no estaba lista la “mise en place”.

Nela Bodoc - 2020

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