lunes, 28 de septiembre de 2020

 

La llamarada

 

La tarde se presentaba silenciosa, la constante cantinela de la mente parecía haberse desvanecido en el calor de aquella tarde de verano. El corazón era en ese momento quien guiaba, y por ello la mente solo estaba ahí, observando, acompañando, segura de que estaba ocurriendo algo que no comprendía.

 

Hanna se puso la falda de color azul y la blusa blanca que la hacían sentir tan cómoda. Todo ocurría como en cámara lenta. Con pasos seguros se dirigió a la cita a la hora y lugar acordados.

 

El corazón latía con fuerza, como un tambor de viejos recuerdos, quizás de otras vidas, que marcaba el ritmo de los acontecimientos.

 

Llegó al lugar indicado y se encontró con siete mujeres, ninguna de le ellas era ajena, aunque nunca las había visto. Vio sus ojos brillantes y la sonrisa amable y sintió paz. Los ojos se le llenaron de estrellas, reflejando el fuego que se encendía en su corazón.

 

Las mujeres estaban en una habitación en la que había solo una mesa de madera redonda y ocho sillas, configurando el mandala que encendería el quinqué del alma. Ya estaban todas las invitadas y cerraron la puerta. Hanna y dos de ellas se quedaron paradas. Las otras cinco tomaron asiento, atentamente y siempre sonriendo.

 

Una de las mujeres, la que parecía liderar la reunión le dio un libro, abierto en una página y le indicó que leyera un párrafo en voz alta… Respiró profundo y leyó esas palabras; el silencio se hizo presente y la certeza se instaló en su alma.

 

Todo estaba por descubrirse, el inicio de un largo camino estaba marcado por este primer paso. El abrazo del alma se instaló y la acompañó durante toda su vida junto a esa sensación de haber encontrado su lugar en el mundo.

 

Era parte ahora de ese grupo de almas, se sentó a compartir un instante de su basta existencia.

 

Cada semana a partir de ese día tendría ese lugar ocupado en su agenda. La intensidad del momento la acompañaría siempre, como una luz que la guiaría en momentos de tanta oscuridad que pasaría.

 

Ariadna - 2020

 

 

1 comentario:

  1. Que hermoso Ariadna, "casas mas, casas menos" igualita vivencia a la de Hanna. Gracias

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