La pregunta
del millón
La que no respondo y
busco el lugar desde donde poder hacerlo: “¿Qué sentido tiene la vida?”.
Desde muy joven ha sido
una de mis inquietudes archivadas, hasta que de adulto me di cuenta que no hay
respuesta para ella.
No es que no la haya
buscado eficiente y perseverantemente, sencillamente no la hay. Es que descubrí
que lo que quiero saber es “¿qué sentido tiene mi vida?”.
La llamada experiencia me
habla con voces de una realidad extraña, que no orientan mi búsqueda porque no
aparece un camino claro a seguir.
He descubierto que cuando
decido meterme en mi vacío interior, ese que no contiene respuestas pero es
desafiante, me genera tantos cuestionamientos en todo sentido que me enfrenta
conmigo mismo y con tanta fuerza, que no me permite escapar de mis incógnitas.
Lo cierto e indudable
para mí es la necesidad de tomar conciencia de que esto es una crisis. Es
decir, un momento de rompimiento de mis estructuras mentales, espirituales,
morales y hasta éticas para encontrar en mí cuál es el sentido de mi vida.
En realidad, intuyo que
tampoco ahí encontraré esa respuesta; es que también intuyo que el sentido a mi
vida solo se lo puedo dar yo.
Hugo Fagale - 2013
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