Un aerofóbico incomprendido
Ezeiza, a las ocho de la mañana del mes de
Enero del 2020. Gente abordando el avión de Gol para su vuelo a Brasil. Entre
ellos, estaba una pareja de recientes jubilados que se veían algo nerviosos.
Ella por los trámites, checking, equipaje, etcétera, algo que odiaba hacer. Él,
porque es su primera vez en un vuelo.
-¡Ah,
Pepe! -exclamó la mujer, dejándose caer bruscamente en el asiento.
-¡Por
fin estamos ubicados en nuestros asientos, ya no veía la hora! Ya que tienes la
butaca de la ventanilla, aprovecha para disfrutar de la vista-
El avión comienza a moverse una vez que se
encienden las turbinas.
-¡Laura!
¿No te parece extraño el ruido que hacen las turbinas?
-¡No,
Pepe! Es el sonido normal que hace la nave antes de antes de despegar -
dice mientras se mueve algo incómoda en su asiento.
El hombre se saca los anteojos para secarse
unas gotas de sudor que le corrían por la frente. Y no era porque hiciese
calor, precisamente.
-Y…
¿Por qué va tan inclinado? -Pregunta nervioso, agarrándose con fuerza del
apoyabrazos -¡Mira cómo se ve la línea
del horizonte! ¡Está en un ángulo de casi cuarenta y cinco grados!
-¡Ufff!
–Resopla ella y sigue con ironía -Querido,
mi amor, está haciendo un giro para tomar altura rápidamente ¿Por qué no te
relajas y comienzas a disfrutar del viaje?
-Ya
sabes, Laura, que solo por ti he aceptado hacer este viaje a Brasil, y para
colmo de males, ir en avión. Aunque debo reconocer que, hacerlo por tierra
hubiera sido agotador a nuestra edad.
-¡Já!
¡Imagina un viaje en bus, tantas horas! ¡Yo, con mi lumbalgia! -Agregó la
mujer. Él ya no la escuchaba. Miraba, tenso, por la ventanilla buscando qué
otro peligro se podría presentar.
Al rato se sobresaltó -¡Uh, que impresión me da! ¡Estoy viendo el
océano allá abajo! Mira si se cae el avión no habrá posibilidades de que nos
rescaten.
Ella estalló en una carcajada. ¿Y qué crees, amor mío? -preguntó con
ironía –Si cae sobre la tierra ¿Qué?
Bueno ¡Basta de estupideces! Cierra la ventanilla.
-¡No
quiero! Si va ocurrir algo prefiero verlo.
-¡Qué
tonto eres! Ya me estoy cansando de tus temores infundados. Tómate una pastilla
para dormir-le dijo, ofreciéndosela.
-Ya
te he dicho que quiero estar despierto y lúcido en caso de accidente.
-¡Basta!
¡Me tienes harta con tu fobia! -le dijo fuera de sí.- ¡Es la primera y última vez que vuelo contigo!
De pronto la nave se sacudió bruscamente.
-¿Qué
pasa? ¡Dios mío! ¡Se sacude mucho todo! –gimió con voz estrangulada - ¡La azafata está perdiendo el equilibrio!
Cayeron las mascarillas.
-¡Pepe, ponte la mascarilla y deja de lloriquear!
Esa noche, en las noticias: “¡Urgente!
¡Cayó avión de Gol Aerolíneas al mar, cerca de Río de Janeiro! No hay
sobrevivientes.”
NELA BODOC -2020
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