lunes, 21 de diciembre de 2020

 

Forhøy

Sus pies en la arena

y un leve cosquilleo.

Era la mirada clavada

de los demonios más feos.

La figura resplandeciente de alas doradas

apareció de repente

Le extendió la mano una vez

y se aferró fuertemente.

Alzado el vuelo en aquel atardecer oscuro,

sintió el viento soplando en sus oídos

y se preguntó

para qué se había ido.

Nubes de tormentas aparecieron en el cielo,

miles de pequeñas gotas cayendo al suelo.

Contempló las alas doradas,

cada vez más arriba lo llevaban.

Se giró hacia la playa,

ahora las flores brotaban.

Sus miedos se disiparon.

Cerró los ojos,

respiró

y sintió que la paz había llegado.

        Carolina Solsona - 2020

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