miércoles, 2 de diciembre de 2020

                                                                                  Recuerdos

 

Caminé ayer por una calle enripiada  de Maipú, en mi Mendoza natal. Y la caminata me llevó a la infancia. Olores, paisajes…Nada ha cambiado.

Ha pasado el tiempo: mucho, poco. No lo sé.

Esa calle me llevó a aquél tiempo cuando llegaba con mi bolsito pequeño, con la ropa necesaria como para un verano, a pasar mis vacaciones en esa casa de finca de Jesús Nazareno. Humilde, cálida, llena de amor. Para mí el mejor lugar.

Era la casa de mis tíos padrinos, yo viajaba desde San Rafael en colectivo o en camión, de alguna manera llegaba.

La aventura comenzaba temprano. Era  desayunar e irnos a cazar palomas entre los olivos. Y las escapadas en la siesta para bañarnos en la acequia, nuestro balneario.

La aventura de la caminata hasta el negocio más cercano, a tres kilómetros. Sin tiempo, sin apuro. Un juego más. Todo eso en compañía de mi primo, “el Paco”, con quien tuve una relación de hermano.

Y así pasaban los días, dos meses a veces…justo cuando te empezaba a extrañar llegabas vos, mamá, y corría a abrazarte, para tenerte como siempre a mi lado, cada vez que te necesité. Como ahora, como en este instante.

Ahora no voy de vacaciones solo; siempre te llevo conmigo, aunque ya no estés.

¡Te amo mami!

                                                                                                                                         Tatálo - 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...