Teniendo
como pesebre mi corazón, busco la energía más bonita que pueda generar mi espíritu,
para dejar limpio el espacio y así pueda renacer tu Hijo, Amada Madre del
Universo.
Mi
corazón es tu posada.
Honrada
de que me hayas bendecido al dejarme recibir el espíritu de Tu Hijo.
Segura
estoy que mis amigos, amados seres de luz, serán los Reyes que siempre aportan
su vibración mágica para que la vida sintonice con la armonía del Universo.
Que
cada uno de nosotros recibamos el regalo de estar en paz con nosotros mismos.
Felices
fiestas.
Luisa Rodríguez – 24 de
diciembre de 2020
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