PANDEMIA
Las calles desoladas.
Encuentro con los muros.
Paisajes solitarios.
Mendoza abandonada,
por hombres y mujeres;
sonidos apagados,
silencios encendidos.
Nostalgia en la mirada,
mejillas con un velo.
Las casas habitadas
por seres y consuelos.
La vida nos cambió,
cambiamos a la vida:
Es tiempo de silencios,
de compartir comidas.
Las tardes apacibles
invitan al contagio.
con árboles y cielos,
con aves y presagios.
Sonidos solitarios
que cruzan el paisaje,
armonizan sus notas
y vuelan por el aire.
El patio que te invita
a compartir milenios,
El mate de la Claudia,
El saxo del Eugenio…
Pandemia pasajera,
sacaste lo superfluo,
limpiaste el hollín
y reavivaste mi Sueño.
El Sueño que perdí
de estar en armonía
adentro de mi alma
y en Uno con la vida.
Rubén
Ferrero- 2020
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