EL AMOR REJUVENECE
Para no caer en un pozo sin fondo de una depresión sin
retorno, después de reiterados fracasos matrimoniales y de pareja, Carlos
vistió su mejor imagen decidido a cambiar su suerte, y se fue al bailable con
música de los ´80. Al entrar nomas sus ojos se clavaron en una persona: Amanda.
Amanda es cinco años menor que él, como una belleza escapada
de un cuadro de Botero, madre y abuela, portadora de una gran alegría de vivir
y poseedora de una risa contagiosa. Ostenta algunos rasgos que él, obsesivo,
detesta: distraída y desordenada. Pero con la virtud más grande que puede
encontrar en una persona: ella escribe poesía.
Afianzaron una buena relación. Carlos es viajante y lleva
junto a las listas de precios y los folletos de ofertas, las poesías que Amanda
escribe en sus ratos de inspiración.
Luego de atender comercialmente a un cliente y antes de
despedirse llega el momento más informal, guarda lo concerniente al negocio y
saca las poesías de Amanda escritas con letra despareja y hasta con algún
error, en hojas sueltas de cuadernos o en el reverso de alguna factura y se la
da a leer, henchido de orgullo, a su obligado espectador, observando ansioso el
efecto que tal obra produzca en el involuntario lector.
Después le cuenta que por las noches escucha radios FM hasta
encontrar alguna con programas en vivo y telefonea pidiendo salir al aire, y
que cuando le preguntan el motivo de su interés y él les dice que para leer una
poesía suelen solicitarle que la envíe y ellos la leerán, a lo que se niega
porque teme que la tal poesía sea robada o apropiada por alguien que después se
atribuya su autoría.
Se ha convertido en el custodio y comunicador de la obra de
su amada compañera. Y ha encontrado una razón para existir: el amor.
ASUNCIÓN -
2021
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