Cuento
Encuentro
nocturno.
Una luz, como una estrella moribunda, pulsaba a lo lejos,
sobre la carretera…
La noche estaba más oscura que otras veces. No se distinguía
nada en el campo.
Temiendo que se le cruzara algún animal, conducía con
precaución.
Excepto el niño que iba a su lado, los demás dormían
confiados.
La luz crecía, se hacía cada vez más brillante, a medida que
se acercaban.
No les permitía distinguir esa forma oscura que se dibujaba
frente a sus ojos.
Una gigantesca nave se depositaba sobre cuatro gruesos haces
de luz, cuya forma no podían descifrar.
Aterrorizado, el conductor, quiso dar marcha atrás, y
escapar de esa inexplicable situación. Pero el motor no respondía.
El niño, fascinado con lo que veía, se bajó del auto y antes
de que se lo impidieran, corrió hacia las luces.
Una escalerilla se desplegó desde la nave. El padre, en
estado de shock, pudo ver como su hijo subía sin mirar atrás.
De pronto se apagaron los haces de luz. Volvió la oscuridad.
Está vez más amenazadora.
El motor se encendió. Los demás seguían durmiendo,
confiados.
Nela Bodoc – 2025
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