NO
PERDER EL TIEMPO
He considerado al tiempo como a un bien ganancial. Pensé que podía utilizarlo, ganarlo o perderlo, de acuerdo a lo que hiciera, o sea un bien sometido a mis interpretaciones del momento.
Así aprendí a hacer dos cosas distintas a un tiempo, como escuchar el noticiero durante el desayuno, tejer mientras veía televisión o leer mientras descansaba los pies. Aprendí y conseguí el estrés.
La costumbre
transforma en cultura los actos repetidos y determina qué está bien y qué está
mal.
Asunción
– 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario