Creencias populares
Algunas supersticiones son tradicionales, forman parte de la
cultura. Muchas son muy pintorescas, otras pueden ser complicadas, ridículas o
cuestionables.
Una de ellas indica que si una persona tiene que reingresar
a su casa apenas salió, debe sentarse en una silla, antes de salir nuevamente.
Si no lo hace, algo malo le sucederá.
A todos nos pasa, de vez en cuando, que apenas salimos nos
percatamos de que se nos olvidó algo que debíamos llevar, o dejamos una
hornalla encendida, o una puerta sin cerrar. Y debemos volver sobre nuestros
pasos. No puedo imaginar que algo tan sin sentido, pueda protegernos de los
posibles males que nos podrían acontecer.
No encuentro relación alguna entre la silla o la acción de
sentarse, con los posibles peligros.
Cumplir con esta costumbre podría generar un contratiempo,
puesto que nos desconcentraría de lo que debíamos hacer. O por lo menos nos
haría perder el tiempo.
-°-°-°-°-°-°-
Una
de tantas
Descubrí, hace poco, que una de mis mejores amigas es bastante
supersticiosa. Estábamos en mi casa tomando el té y compartiendo un grato
momento, cuando recordamos que teníamos un compromiso con otra de nuestras
amigas. Nos dimos cuenta que estábamos escasas de tiempo por lo que salimos
apresuradamente.
Habíamos recorrido algo más de una cuadra, en dirección de
la parada de micro, cuando recordé que no llevaba la Sube, la tarjeta para
abonar el pasaje. Le dije a mi amiga que teníamos que volver a casa para
buscarla. Y así lo hicimos.
Me llevó un buen rato encontrarla porque soy un poco
desordenada. Ella comenzó a ponerse nerviosa y me señaló que nos quedaba poco
tiempo para alcanzar al micro.
Cuando atravesé el umbral de la puerta y me disponía a echar
llave, pegó un grito – Tenemos que
sentarnos en una silla antes de volver a salir. ¡Es mala suerte si no lo
hacemos!¡ Nos puede ir muy mal!-
Luego de mi sorpresa le contesté - ¡Bah, son pavadas. No puede creer que pienses así!- Y haciendo caso
omiso de su advertencia, cerré y partimos casi corriendo a la parada.
Llegamos, casi sin aire, e hicimos la seña al último micro
que pasa por mi barrio. Pasó delante de nuestras narices, sin aminorar la
velocidad, ignorándonos por completo.
Enojada, mi amiga exclamó-
¡Viste, te lo advertí!
-°-°-°-°-°-°-
Tanka:
Superstición
Otra puede ser
la razón del regreso
volver a entrar
sentarme en la silla
y salir nuevamente.
Nela Bodoc
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