martes, 13 de julio de 2021

 

Creencias populares

Algunas supersticiones son tradicionales, forman parte de la cultura. Muchas son muy pintorescas, otras pueden ser complicadas, ridículas o cuestionables.

Una de ellas indica que si una persona tiene que reingresar a su casa apenas salió, debe sentarse en una silla, antes de salir nuevamente. Si no lo hace, algo malo le sucederá.

A todos nos pasa, de vez en cuando, que apenas salimos nos percatamos de que se nos olvidó algo que debíamos llevar, o dejamos una hornalla encendida, o una puerta sin cerrar. Y debemos volver sobre nuestros pasos. No puedo imaginar que algo tan sin sentido, pueda protegernos de los posibles males que nos podrían acontecer.

No encuentro relación alguna entre la silla o la acción de sentarse, con los posibles peligros.

Cumplir con esta costumbre podría generar un contratiempo, puesto que nos desconcentraría de lo que debíamos hacer. O por lo menos nos haría perder el tiempo.

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                Una de tantas

 

Descubrí, hace poco, que una de mis mejores amigas es bastante supersticiosa. Estábamos en mi casa tomando el té y compartiendo un grato momento, cuando recordamos que teníamos un compromiso con otra de nuestras amigas. Nos dimos cuenta que estábamos escasas de tiempo por lo que salimos apresuradamente.

Habíamos recorrido algo más de una cuadra, en dirección de la parada de micro, cuando recordé que no llevaba la Sube, la tarjeta para abonar el pasaje. Le dije a mi amiga que teníamos que volver a casa para buscarla. Y así lo hicimos.

Me llevó un buen rato encontrarla porque soy un poco desordenada. Ella comenzó a ponerse nerviosa y me señaló que nos quedaba poco tiempo para alcanzar al micro.

Cuando atravesé el umbral de la puerta y me disponía a echar llave, pegó un grito – Tenemos que sentarnos en una silla antes de volver a salir. ¡Es mala suerte si no lo hacemos!¡ Nos puede ir muy mal!-

Luego de mi sorpresa le contesté - ¡Bah, son pavadas. No puede creer que pienses así!- Y haciendo caso omiso de su advertencia, cerré y partimos casi corriendo a la parada.

Llegamos, casi sin aire, e hicimos la seña al último micro que pasa por mi barrio. Pasó delante de nuestras narices, sin aminorar la velocidad, ignorándonos por completo.

Enojada, mi amiga exclamó- ¡Viste, te lo advertí!

 

 

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Tanka:

    Superstición

  

Otra puede ser

la razón del regreso

volver a entrar

sentarme en la silla

y salir nuevamente.

 

Nela Bodoc

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