jueves, 25 de noviembre de 2021

 

                                                       

                                                                 Experiencia renovadora

Fernanda y yo llevamos varios años como amigas, nos conocimos en el trabajo y compartimos proyectos, sentires, pareceres y fracasos.

Se había divorciado, su relación sentimental llegó a una culminación que la puso triste, y tras largos ratos de reflexión decidió viajar a España y estudiar Arquitectura.

Esa decisión me afectó a mí también ¡Fernanda partiría de viaje! Me dí cuenta que nuestra amistad no era una fantasía, que ponía color a nuestros días y claridad a nuestros caminos. La abracé desde el llanto en mi soledad y prometí apoyarla y acompañarla en la lejanía.

Una vez allá encontró una habitación para alquilar y comenzó la carrera que quería que cambiara su vida. Se dirigía en bicicleta a la universidad todos los días. Estaba feliz, aprendía con sumo interés. Estudiando le iba bien realmente. Sin embargo la universidad consumía todos sus ingresos, debía trabajar, se estaba quedando dinero.

De repente un profesor se interesa por ella. Es una alumna aplicada y responsable y él necesita una ayudante de cátedra. Le ofrece trabajar con él en sus horas libres para que continúe estudiando.

Contenta Fernanda me llamó por Skype, como iluminada por una estrella. Me contó de sus clases, del profesor y del futuro que vislumbra.

Tiene un camino lleno de logros por vivir, muchos mejores proyectos de lo que hubiera creído. Todo gracias a la osadía que tuvo de abrirse a nuevos caminos.

Gabriela Medawar - 2020

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