lunes, 6 de diciembre de 2021

 


Por una vuelta de llave

 

Cuando me mudé al departamento, mi hermana Tere me enseñó a cuidar mucho el dinero y a buscar mis propios medios para solucionar los inconvenientes.

Un día, después de desayunar, quise salir afuera y no podía abrir la puerta. La llave no entraba correctamente y pronto vendría Graciela a limpiar. Revisé  e intenté varias veces abrir  pero no pude.

Novata en arreglos del hogar llamé a Tere. En pleno domingo buscamos y buscamos a algún cerrajero que viniera a domicilio.

Graciela llegó y no le quedó otra que sentarse y chatear con su celular. Yo,  mientras, me puse a limpiar lo que mi amiga no alcanzaría a realizar.

-Pedile un recibo para que nos reconozcan el arreglo– recomendó Tere. Tras tres horas de espera, el cerrajero consiguió abrir la puerta.

-Señorita – me dijo - cuando usted abra o cierre esta puerta debe dar dos vueltas de paleta, de esa manera cerrará correctamente. No le puedo hacer recibo porque la falla es suya. Que tenga buen día– Y se retiró.

Ese fue mi primer percance en el departamento. Me hice amiga de mis vecinas, levanté a Tere de madrugada y Graciela se resfrió, pero aprendí a ser prudente, paciente y a dar una vez más gracias por haberme asistido.

 

 

                                       Gabriela Medawar 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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