CREENCIAS POPULARES (también llamadas supersticiones)
En mi casa paterna, un barrio de jóvenes familias, había
alambre tejido entre los patios de cada vivienda. Yo tenía siete años cuando
llegué a vivir allí.
Mi madre, amorosa con las plantas y un poco arisca con los
vecinos, enseguida que llegamos plantó junto al alambrado una enredadera para
que hiciera cerco verde y así resguardarnos de las miradas del vecindario.
La planta creció mucho muy rápido, con unas bellas flores
blancas que perfumaban el lugar. Yo también crecí y me convertí en una
adolescente muy agraciada.
Las vecinas se reían y le decían a mi madre: -Tu hija jamás
tendrá novio y nunca se casará, porque esa es la maldición de la madreselva-
Mamá jamás creyó tal cosa, tuve mi primer novio a los 15
años y me casé a los 18. ¡Ja Ja Ja!
Ana
María Muñoz - 2021
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