leyenda
LA FURIA
DEL VOLCÁN
La abuela vivía en la Patagonia, con sus 80 años a
cuestas. Era una mujer activa, audaz y una excelente contadora de historias. Nos
sorprendía su creatividad ya que nunca había salido de su entorno, transcurrió
su vida en ese paraje junto al lago y las montañas, pero su imaginación
recorría diversos lugares y sus relatos eran parte de ellos. Conocía el mundo
como si fuera una gran viajera.
Dicen los ancianos del pueblo que hace cientos de años, vino por éstos parajes un joven y apuesto criancero arreando sus ovejas, un ser solitario que por las noches tocaba su armónica y entonaba tristes melodías junto a la fogata dónde cocinaba sus alimentos. Una de ésas noches, un fuerte vozarrón lo sobresaltó: -¡Canta algo más alegre muchacho! -le dijo -¡Atiza el fuego de tu corazón!
Ana María Muñoz - 2020
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