Un sueño
Tuve un sueño bastante loco, como todo lo que sueño y que
rápidamente olvido. Pero éste no, por lo colorido y las imágenes muy
detalladas.
Además, al despertar, me sentía alegre y de buen humor. Me
hubiera gustado seguir soñando.
Yo estaba en un gran jardín, en plena primavera, lleno de
jazmines, malvones y margaritas.
De pronto se escuchó un coro de voces infantiles, pero no se
veían niños por ningún lado. ¡Eran las flores! Ellas cantaban una canción que
no reconocí.
Decían - ¿Adónde te
fuiste? ¿Dónde estás? La, la, la.
-Aquí estoy-
contestó una extraña voz, que venía de la casa de al lado. Era Marta, mi
vecina, que se acercó rengueando. Se había caído de la bicicleta por ir
distraída.- ¡Ay, cómo me duele el talón!-
se quejó.
-Bueno- Le dije
para consolarla, mientras comía una tostada con miel –Todo tiene solución.
Una abeja, que volaba entre las flores, se me acercó
amenazante y con su zumbido, me advirtió: La
miel que estás comiendo es fruto de mi arduo trabajo ¡No la dejes chorrear con
tu descuido!
Luego salió volando para reunirse a un enjambre. Subían y
subían, cada vez más alto, hasta desaparecer en un agujero azul oscuro, que se
abrió en el cielo, y desaparecieron. Las flores, que quedaron tristes, se
despidieron cantando, otra vez -¿Adónde te
fuiste? ¿Dónde estás? La, la, la.
Nela Bodoc - 2021
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