miércoles, 18 de mayo de 2022

 

Cuando el parque es todo

 

Como todos los días mi cita invariable: ir al parque.  Subir a mi antiguo auto que conoce el camino de memoria y llegar al estacionamiento bajo la sombra de frondosos árboles. Para entrar llevamos nuestro tapabocas, cosas de la enfermedad de turno en nuestro planeta.

Allí la soledad me acompaña relativamente porque en todos los lugares hay gente trabajando hay enfermeras que toman la presión, guardias que piden la cedula al entrar y al salir y personas que podan y riegan.

Hasta que ya preparada, comienzo mi caminata en el sendero central, rodeada de árboles, unos mayores y otros jóvenes que están en el camino, a los que abrazo como grandes amigos que me reciben cada día con su hermosa energía.

Al comienzo se ven los troncos separados unos de otros visualizando el horizonte enmarcado en un cielo azul límpido que nos acompaña, luego se va cerrando y como si estuvieran impacientes mueven sus ramas haciendo ruido con el viento, dando sonido a sus hojas. De pronto se pierde el horizonte para ser reemplazado por una cantidad de plantas trepadoras y ramas de árboles que se apretujan unas a otras tomando todos los espacios vacíos de luz y formando un solo color de verde brillante con los reflejos de sol. Ese lugar tan hermoso parece una ventana a la eternidad, mi imaginación vuela a otros mundos, tal vez astrales, incorporando otra realidad.

Es mi momento de conciencia, donde mi pensamiento habitual deja las limitaciones para ser libre, me dedico a pensar en mí, y qué sentido tiene mi vida, de qué me ocupo, qué pienso, dónde está mi mente. También me uno y agradezco a mis seres queridos, los que están y los que no están aquí, perdonando y amando a todos.

Como si esto fuera poco, han puesto en el parque una biblioteca muy pequeña que contiene hermosos libros, no los prestan, pero dejan sacarlos para leer bajo los árboles en sillas de loneta. Allí paso deliciosas horas en buena compañía esperando el momento oportuno de volver a mi verdadero hogar.

Lo que más agradezco es que pude verlo, porque muchas cosas pasan por nuestra vida y no las vemos, tanto personas como lugares, como nuestros propios estados emocionales del ser.

 

Mirta Fernández – 2022

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...