El ego.
Tengo abollado el ego…
Dejará de molestar
con sus impulsos violentos,
sus oscuros torbellinos,
de oscuros pensamientos,
y con sus miedos ocultos,
que me corroen por dentro.
Mi ego está abollado…
¡Qué suerte! ¡Se está muriendo!
Y cuando muera del todo,
se abrirá en el alma el cauce
por donde fluye el amor
y el sentimiento.
María del Carmen Medina - 2022
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