Mostró los
dientes
Adrián, de 8 años, volvía de su casa luego de estar en la
escuela. Molesto y cansado arrastraba su mochila con rueditas y se quejaba con
Silvana, la niñera que lo había ido a buscar.
Cruzando un baldío, Adrián exclamó “¡Oh!” y mostró sus
dientes. Y Silvana, sorprendida, le preguntó qué le había pasado.
Adrián había probado la leche caliente que ella le había
preparado para la escuela, y se había quemado la lengua.
En medio del baldío y los dos solitos allí, buscaban la
manera de salir del apuro. No llevaban agua fresca pero llevaban miel para
endulzar la leche. Y luego de calmar los gritos del niño, Silvana le convidó
una cucharada de deliciosa miel, que calmó y sanó las heridas producidas.
Adrián, agradecido, le dijo: -Perdón por ser tan indolente,
te agradezco por la atención. Si no fuera por tu gentileza al preparar la
merienda, al pasarme a buscar a la escuela y al convidarme miel, habría llegado
a casa molesto y herido. Gracias, gracias.
Adrián había aprendido a hacer sus tareas con mucho amor y
alegría, y a desafiar los malos momentos con esperanza y recogimiento.
Gabriela Medawar – 2022
Comenzamos trabajando
en grupo, comenzando con la frase “Mostró los dientes”, a lo que debíamos responder
por turno a: ¿Dónde fue? ¿Por qué? ¿Cómo? Y así formar una frase. A esa frase
debíamos continuarla a través de la forma de texto que deseáramos: poesía,
relato, cuento, fábula, etc.
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