miércoles, 3 de mayo de 2023



 Anécdota 



                                                MI PRIMER CONCIERTO POP.

Mi nieta Noelia ir al concierto pop que se anunciaba por televisión, pero sus padres no la dejaban ir con sus amigos por temor a que fuesen irresponsables. No se me ocurrió mejor idea que ofrecerme a llevarla, pero después de recibir la aprobación de todos comencé a dudar: ¿Aguantaría tantas horas de pie? ¿Soportaría el griterío de mi entorno? ¿Y el nivel de la música? Bueno, no sería para tanto, si en mi juventud lo hice tantas veces, por qué no lo iba a poder hacer ahora, a lo sumo me sacaría los audífonos.

Bueno, lo mejor sería no pensar tanto y “a lo hecho (o dicho), pecho” como dice la sabiduría popular. Así que fuimos las dos en mi autito un tanto pasado de moda.

Una vez que llegamos al estadio tuvimos que dejarlo a unas diez cuadras de distancia de la entrada porque no había otro lugar más cercano.

Una vez adentro vi que aquello era un loquero mayor de lo que había imaginado, todos los presentes eran adolescentes y algunos algo mayores, que saltaban, gritaban, reía y chillaban alegremente, pero el público explotó en un inmenso ¡Ohhh! Cuando apareció la artista en el escenario, vestida atractivamente, destacándose de sus coristas, también muy bellas y todas muy ágiles y armoniosas en sus movimientos. Me sentí joven y dispuesta a disfrutar.

Todos los jóvenes bailaban incansablemente, incluida mi nieta, pero yo no. No daba más, me hubiera sentado en el suelo si no hubiera temido que me pisaran. Tenía hambre y sed, sobre todo sed, porque la gaseosa que habíamos llevado estaba caliente y me producía más necesidad de beber agua fresca.

Así pasaron dos horas que me parecieron muchísimas más. Volvíamos tardísimo. Tuve que pedirle a un amiguito de Noelia que volviera con nosotras y condujera pues yo me sentía mareada del cansancio que me produjeron la sed, el hambre, el ruido y el sueño, pues siempre me acuesto temprano.

El chico condujo muy bien. Descubrí que los jóvenes son tan responsables como los adultos. Que se puede confiar en ellos y que yo no me ofrecería nunca más de chaperona.

Y sobre todo descubrí que ya no estoy para esos conciertos, sólo para aquellos de música clásica en una cómoda butaca de algún teatro. Que ese había sido mi primer concierto pop al que había asistido, y que también sería el último.

 

Asumi - 2019




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