jueves, 25 de mayo de 2023

 

Fábula

 

EL ESPEJO

EL espejo sonrió travieso, ocultó la imagen que acababa de reflejarse en su nítida superficie junto con todos los otros recuerdos claros y vivos que guardaba celoso.

Allá en la profundidad del campo configurado en el fondo de su superficie, todavía se besaban los amantes apasionados y las madres, orgullosas, mostraban a sus hijos pequeños vestidos de domingo.

Una tirada gris contaba cuentos de una joven perdida.

Otra jovencita sonreía y bailaba juguetona como las hojas de otoño con el viento.

Más tarde, allá a lo lejos, combatientes de otros tiempos, hundían sin piedad sus lanzas en el pecho de un viejo.

El espejo impasible esperaba la llegada de un pájaro negro que venía a comer el alpiste de los otros pájaros enjaulados y, más aún, esperaba a su amigo, un zorrito sonriente que venía con la noche a mirarse, vanidoso, en la superficie bruñida mientras aguardaba en vano la presencia de una linda compañera de andanzas. Pero, al primer ruido que se escuchara en la casa, se iba corriendo sin volver la vista atrás. El zorrito sabía cuidarse.

El espejo sin voz lo llamaba a su lado. ¡Se sentía tan solo! A pesar de la multitud de seres que atesoraba en su seno. Todos pasaban de largo. Lo miraban de reojo y seguían.

¿Qué habría contado el espejo si hubiera podido hablar? ¿Revelaría secretos por nadie conocidos, o se haría el misterioso, intrigante por antonomasia y contaría fábulas para niños pequeños y curiosos?

El espejo sabía demasiado, sentía demasiado, había vivido demasiado tiempo; pero no podía expresarse, como los seres autistas. Quizás el único que lo comprendía era el zorrito amigo, pero también huía y lo dejaba solo.

 

Moraleja: No por mucho saber, ni por mucho atesorar, se puede tener amigos con quién compartir y charlar.

 

Clara Molina – 2023

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Reflexión     Los seres que aman derriban barreras, acercan, escalan montañas. Los seres que odian separan, levantan murallas, no ...