Solo un viejo sueño.
Era, de todas, mi mayor pasión,
ser bailarina clásica,
desde que tuve uso de razón…
Conseguir la preparación básica
para llegar al Colón.
Pero no tuve apoyo, ni ayuda,
sola estaba, sin duda.
Usando pollerita de papel crepe
como tutú, o traje de ballet.
Bailando me pasaba el día
con los valses que mi madre oía.
Soñaba con ser el cisne del lago,
o Julieta, pero sin su amado.
El jardín era mi escenario,
unos pocos espectadores, varios,
eran todas las mascotas
o mis muñecas de trapo.
Una vez conseguí los aplausos
que creía merecer,
pero era una mera vecina
batiendo fuerte las palmas
pues el timbre no sonaba,
venía urgida por un menester.
Era a mi madre a quién buscaba
para devolverle el neceser.
Con los años fui creciendo
y aquella antigua ilusión
de a poco se fue diluyendo
con la lenta muerte de esa pasión.
Nela Bodoc - 2021
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