APRENDIZAJE
Una forma de demostrar amor hacia nuestros semejantes es cuidar
nuestro entorno.
Las pequeñas acciones ecológicas unidas a las de otras personas
pueden hacer la diferencia para preservar a nuestra gran casa llamada Planeta
Tierra.
La flor que puse en el centro de mi corazón, es una muy
pequeña de color azul y que se presenta en forma de racimo. Crece en La Patagonia,
en medio de la más cruda adversidad y me impresiona su gran resistencia y su
forma unida a muchas otras, que me inspiran hermandad.
El cambio siempre empieza desde el centro de mi ser y de
forma casi insignificante; pero la fuerza radica en la unión, tal como me lo
enseñó esa bella y pequeñísima flor llamada “No me olvides” que ante una rosa
colombiana tal vez no luzca maravillosa y pase desapercibida; pero que a mí me
dejó una reflexión para toda la vida de amor y hermandad. De fortaleza, energía
y vitalidad.
Ana
María Muñoz – 2023
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