Homenaje a mi
profesora de dibujo de la secundaria.
Carta a la Hna. Liana
Mendoza, 13
de setiembre de 2023
Querida Hermana:
Estará sorprendida por recibir una carta mía después de
tantos años de silencio. Pero ante la imposibilidad de contactarme personalmente,
por la distancia que nos separa, recurro a lo epistolar.
Tal vez usted pensó que al terminar mis estudios
secundarios, yo no la recordaría más. Pero no fue así. Siempre la tengo
presente en mi memoria y en mi corazón.
Nunca se lo dije, pero usted fue mi profesora favorita, no
solo por su carácter afable, su manera dulce de tratar, si no por sus
conocimientos, tan bien transmitidos de las artes del dibujo y la pintura.
En ese segundo año, tan difícil puesto que para una
adolescente, estar pupila, lejos de su familia, conviviendo con extraños, usted
fue una consejera imprescindible. Su afecto y empatía alivió mi tristeza y
soledad.
Rápidamente descubrió mi inclinación hacia el arte. Todo el
tiempo me alentó a buscar la excelencia y a perseverar.
Recuerdo, nítidamente, a pesar de las décadas transcurridas
cuando dibujábamos, una a la par de la otra, en el enorme pizarrón del aula.
Con hermosas tizas de colores pintábamos las imágenes conmemorativas de las
fechas emblemáticas, como el Cabildo, La Casa de Tucumán, el Día de La Bandera
y otras más.
Pero lo que más disfrutaba era cuando me invitaba a ese
mundo mágico, que era su taller a ayudarla con algunas tareas.
Por ser buena alumna, algunos profesores me permitían salir
de la clase, con su recomendación, para
asistirla con la enorme cantidad de tareas y obligaciones que tenía. Y yo
aprovechaba para recorrer, con admiración, todas sus grandes y también pequeñas
obras de arte.
Allí aprendí, observando con fruición, a dibujar con
carbonillas. Experimenté con los pasteles importados, celosamente cuidados por
lo caros que eran. Aprendí a usar las acuarelas que me costaban tanto. Y di mis
primeros pasos con las pinturas al óleo sobre tela.
Cada vez que he tomado un lápiz para hacer un dibujo o un
pincel para colorear alguna artesanía la he recordado y la recuerdo con mucho
cariño. Está muy presente en mi vida. Quiero honrarla con esta modesta carta,
en la que deposito toda la gratitud que siento por usted.
No se imagina cuanto lamento no poder darle un abrazo, al
menos por ahora. Tal vez la vida nos regale esa posibilidad.
Hasta pronto querida hermana Liana.
Nela
Me encantó. Cuan real es que uno guarda cálidos y fuertes recuerdos de algunos seres. Gracias Nela
ResponderEliminar