viernes, 28 de junio de 2024

 

                                          


                                                  TRES DESEOS


Frente a mi torta de cumpleaños, con las velitas encendidas, cierro mis ojos y pienso en mis tres deseos ¿Cuáles son esos deseos? ¿Qué espero de cada uno si se cumple?

 

     Estoy sentada en el escritorio de la oficina, completamente absorta en el trabajo que estoy realizando frente a la computadora. Una suave música instrumental suena de fondo, pero mi concentración es tal que hasta he dejado de prestarle atención para sentir su presencia. Miro el horario de reojo, tres horas han pasado volando, es que cuando estoy concentrada haciendo algo que me gusta y me interesa, el tiempo simplemente se convierte en un dato más. He avanzado bastante, en unos días haré la entrega final del proyecto. Me levanto y pongo el agua de la tetera eléctrica a hervir, voy a tomarme un café. Tal vez esos minutos de preparación de la infusión me despejen un poco. Me distraigo apenas, y vuelvo a pensar en el último párrafo redactado que no me gustó mucho, ahora sé cómo reformularlo. Voy derecho a sentarme nuevamente frente a la computadora y reescribo el texto. La pava eléctrica hace unos momentos que empezó a hervir. Me pongo de pie, me preparo el café y vuelvo a lo mío. Hoy estoy contenta, he logrado plasmar en mi trabajo lo mejor de mí. Ya queda poco para terminar y a la salida tengo un encuentro con mis amistades. Me gusta pensar y sentir que hago bien mi trabajo.

 

     Estoy en el aeropuerto esperando a que lleguen. La ansiedad es grande, y mayor aún es la emoción de poder verlos otra vez, darles muchos besos y acariciarlos. De repente, una persona abre una puerta e ingresa al recinto con un carro y dos jaulas grandes encima ¡Es él y es ella! Están despiertos pero acostados en los caniles ¡No lo puedo creer! Hace más de un año que no les veía! Me acerco hacia el hombre con un paso apresurado y le digo que se trata de mis mascotas. Él sonríe, toma los documentos que le entrego y me devuelve una parte.

-¿Le dejo el carro para que pueda transportar los caniles?- Me pregunta el muchacho.

- Sí por favor, afuera debo subirlos al coche y es mejor que no los saque de los caniles hasta que suban - Respondo y sonrío levemente. El muchacho se va.

Una lágrima recorre mi mejilla mientras me acerco a mis pequeños peludos. Los saludo y me reconocen. Los acaricio un poco, tomo el carro y me dirijo al coche. ¡Cuánto esperé este momento! Pero ya está, ya están aquí conmigo. Me siento emocionada aunque tranquila y feliz.

 

     Camino entre los senderos marcados y me dirijo al primer objetivo. Miles de años lleva esa pirámide erguida en medio del desierto ¿Cuántos misterios acuna en su interior? ¿Cuántos soy capaz de comprender hoy? Un grupo de turistas entra delante mío y yo voy absorta mirando todo a mi alrededor. La inmensidad de las estructuras, las paredes, las pinturas… Una extraordinaria y fuerte sensación envuelven todo mi cuerpo y penetra en mi mente… ¿Acaso he estado aquí antes? Un canto se escucha a lo lejos, como perdido detrás de algunos ruidos más cercanos. Me concentro en ese canto, lo siento en mi corazón y me sumerjo en el templo desde mi silencio interior.

 

Denise Ferrero Ryan – 2024

 

 

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