Micro relato
Mis tres
estrafalarios deseos
Frente a la torta de mi cumpleaños de casi ocho décadas, me tomé un tiempo, un poco largo ante la impaciencia de mis invitados, para pensar en mis tres deseos.
Recordé cuáles habían sido los de los últimos años y esto
me provocó un bostezo.-Qué aburrida- pensé- siempre los mismos: un nuevo
lavarropas, la pintura para renovar el frente, un tratamiento mágico que mejore
mis articulaciones. O cosas por el estilo. Esta vez sería distinto. Pensé en
cosas extraordinarias, aunque fueran poco importantes ante los ojos de los
demás, pero que renovarían mi entusiasmo.
Primer deseo:
Desde que era una niña soñaba con tener un buen telescopio para observar el firmamento nocturno. No se cumplió mi sueño.
Proyecto visitar A.L.M.A. el observatorio que está en la Puna de Atacama, en el norte de Chile. Está a 5000 metros sobre el nivel del mar. Es uno de los más grandes del mundo y sus telescopios son los más potentes.
Me encantaría pasar unos días allí para poder observar las
estrellas, los planetas, las galaxias.
Se me pone la piel de gallina de solo imaginar el momento que se abre esa especie de techo y se pone en funcionamiento el telescopio.
Pondré todo mi empeño para lograrlo.
Segundo deseo:
Un paseo en globo, por el cielo mendocino y sobre la
pre-cordillera. Sufro de vértigo, pero las alturas me fascinan. He disfrutado
de hacer senderismo y subir algunos cerros. Varias veces visité el monumento
Cristo Redentor. La vista, allí, es extraordinaria.
Pero nunca me animé a experimentar el vuelo en parapente y mucho menos practicar paracaidismo.
En cambio el vuelo en globo me parece más seguro.
Años atrás veía las publicidades de otros países lejanos, tan inalcanzables para mí. Pero ahora, que se realizan en Mendoza, siento que estoy muy cercana a cumplir mi deseo. Tal vez en verano porque ahora hace mucho frío.
Qué maravilla volar sobre la cordillera, durante tres
horas, apreciando toda esa belleza desde las alturas. Solo espero que el costo
no sea prohibitivo, puesto que no estoy dispuesta a renunciar a este deseo.
Tercer deseo:
Este es un poco más complicado porque depende de que se
den varias cosas. Pero también me viene desde la infancia. En aquel entonces
solía ver películas de bailarines que danzaban deslizándose, graciosamente,
sobre pistas de hielo.
No hacía más que soñar que ese día llegaría, en el que podría patinar como ellos. Hasta tomé clases de danza, para que llegado el momento pudiera hacerlo. El Problema era que no había pistas de hielo y nunca aprendí a patinar.
Para lograrlo tendría que haber viajado a USA o a Europa. Y eso nunca fue posible. Pero escuché que pronto se inaugura una en Mendoza ¡No lo podía creer! Estará ubicada en Los Penitentes.
Pero a esta altura de mi vida ¿Podré aprender, aunque sea, solo a deslizarme sobre el hielo sin romperme algún hueso? – Hummm ¡Que difícil lo veo!
Mis tres deseos no son imposibles. No es cuestión de
soñar con cosas irrealizables ¿No?
Nela Bodoc – 2024
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