PACHAMAMA
En la tierra está la vida,
está la hierba que se prepara a
nacer,
el árbol con una fruta amarilla,
el recuerdo de duraznos y
manzanas
y el rosal con su trémula luz
perecedera,
todo oculto y trasparente.
Hasta que la luna nueva le dé
acceso
a la corriente de la vida.
El arroyo y la montaña se
aprestan
a escuchar los ruegos de los
hermanos
que agradecen los frutos y
agradecen
las flores entre mil voces con
música
lejana, reconocen en la tierra a
la madre.
El viento mueve las hojas, hojas
muertas
que se alejan como si una flecha
les
hubiera clavado el corazón.
La Pachamama impasible espera;
sabe de los hombres y de las
flores,
sabe de los pájaros, de los
frutos y de los ríos,
y sabe que si entramos a la vida
con pasión o como por descuido
deberemos quedarnos y pagar la
estadía.
A todo llega el alma.
Se diría que es la tierra el
camino del cuerpo
Y de la noche venidera, la
Pachamama.
nos contará sus sueños.
Sueña que cuando llueve, el agua
mansa
se divierte entre los laberintos
de la tierra seca.
Sueña que la queremos y que
pronto ya estaremos
cuidando que no se rompa,
cuidando de ella.
Clara Molina - 2024
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