EL HAMBRE
En el mundo hay hambre. Pueblos enteros padecen éste flagelo
de egoísmo y avaricia.
Gracias a Dios no carezco de sustento, por lo cual no me
lamento.
El hambre duele, las carencias duelen, hay quienes tienen
abundancia de todo y sin embargo nada comparten con el prójimo.
Hay quienes tienen muy poco y solo les alcanza el dinero
para subsistir, sin embargo siempre tienen algo para compartir con los que
tienen necesidad.
Hay quienes pasan hambre por estética y desprecian los
mejores manjares con tal de mantener su preciada figura.
Hay quienes dejan de comer basándose en extraños preceptos
religiosos.
Hay quienes tienen hambre de justicia.
Y habemos los que gozamos de una buena mesa agradecidos por
la bendición de disfrutarla.
A veces siento temor de solo pensar que algún día me
faltaran éstos dones benditos.
Ruego al universo que eso nunca suceda y también para que
nadie en el mundo padezca o muera por falta de pan y amor.
Ana María Muñoz – 2024
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